Durante su visita al programa Antes que Nadie deLuzu TV, Guillermo Francella dejó boquiabiertos a los conductores y a los espectadores con una revelación inesperada: usa cuentas falsas para navegar en redes sociales sin ser detectado.
El reconocido actor participó del ciclo de streaming donde trabaja su hija Yoyi Francella, y en medio de una charla distendida, se animó a contar detalles de su uso cotidiano de las plataformas digitales.
“Sigo a mucha gente, me divierten los reels, pero lo hago con un nombre de fantasía”, confesó entre risas.
Aunque no suele exponerse demasiado en redes, Francella reconoció que pasa tiempo explorando contenido en Instagram, y que su algoritmo está lleno de entretenimiento liviano. Lo curioso es que lo hace desde identidades ocultas, lo que desató las risas de su hija y de todo el equipo del programa.
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Una faceta poco conocida del actor
Lejos de mostrarse hermético o distante, Francella sorprendió con su sinceridad. Admitió que no publica desde sus cuentas personales, pero sí consume contenido con frecuencia. La confesión sirvió para dejar ver su costado más relajado y actual, lejos de cualquier solemnidad.
Esta declaración no pasó desapercibida en redes sociales ni en los portales, donde rápidamente se replicó. La inmensa cantidad de comentarios, celebraron su espontaneidad.
Homo Argentum: Francella, en estado puro
Además de esa confesión inesperada, Francella aprovechó la entrevista para hablar de Homo Argentum, su nueva película, una comedia de relatos breves en la que interpreta nada menos que a 16 personajes distintos.
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Cada historia funciona como un espejo satírico de la argentinidad: explora con ironía la corrección política exagerada, la viveza criolla, el oportunismo elegante y las contradicciones de la clase media.
Sin buscar finales ejemplares ni moralejas forzadas, Homo Argentum se apoya en un humor directo, una ternura inquietante y una mirada lúcida sobre la cotidianeidad nacional.
Francella se transforma, se desdobla y encarna personajes que pueden ser entrañables, miserables o simplemente humanos.
Con esta película, el actor vuelve a demostrar su talento camaleónico y su vigencia en un medio que no siempre le resulta cómodo. Mientras otros actores levantan banderas ideológicas, él prefiere pararse en otro lugar: el del oficio y el trabajo bien hecho.