domingo, 20 julio, 2025

Antes de Paredes, cómo fueron los regresos más emblemáticos de la historia de Boca

La noche de la Bombonera, que terminó con empate 1 a 1 ante Unión, tuvo un condimento especial con la vuelta de Leandro Paredes. Una novela con vida propia y un camino aún por recorrer, pero también un capítulo más de una historia llena de hitos: la de los regresos a casa de aquellos que recorrieron un largo camino antes de tomar la decisión de ponerse otra vez la camiseta de Boca.

Es que, si bien el volante dejó el club más en silencio que entre ovaciones, su primer paso dejó el sello de aquellos que llevan la azul y oro impresa en el pecho. Por su pronto debut a los 16 años y por la esperanza que abrió en los escasos 31 partidos en el Xeneize y -fundamentalmente- por cómo llevó la bandera a todas partes en las que jugó durante los 11 años, siete meses y 24 días que duró su exilio. Además, por supuesto, de su vigente condición de Campeón del Mundo.

Paredes y la pelota. Aportó lo suyo y Boca lo empató.

Esas credenciales emparentan esta vuelta con las más célebres de la historia de Boca: la de Diego Maradona en 1995, la de Martín Palermo en 2004, la de Juan Román Riquelme en 2007 y la de Carlos Tevez en 2015. Y bien vale un repaso por cada una de ellas para encontrar semejanzas y diferencias de lo que significó cada una para los protagonistas y también para los hinchas.

AMDEP8607. BUENOS AIRES (ARGENTINA), 18/07/2025.- Un aficionado de Boca Juniors sostiene un cartel este viernes, en un partido entre Boca Juniors y Unión de Santa Fe del Torneo Clausura de la Primera División de Argentina en el estadio La Bombonera en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Matías Martín Campaya

La vuelta de Diego (7 de octubre de 1995)

Pasaron 13 años, 10 meses y cinco días entre el último partido en el que Diego Armando Maradona jugó durante su primer ciclo en el club hasta su regreso oficial. Desde ese 2-1 en la Bombonera ante Vélez en el que el 10 se iría expulsado (con lo cual no jugaría la revancha en la que Boca quedó finalmente eliminado del Nacional 81), hasta el partido ante Colón -también en el Templo- que tomó vida propia por la magnitud del regreso.

Diego había completado en su primer ciclo 40 partidos y había anotado 28 goles, además de haber cumplido el rol de bandera y símbolo del equipo que se consagró campeón del Metropolitano del mágico 1981 signado por su paso por el club.

Diego, Toresani, Segurola y Habana y toda la fiesta del regreso del más grande a Boca.

La expectativa de su vuelta se alimentó por pasar de ser un sueño imposible por alrededor de una década (la que lo vio subirse a la cima absoluta del fútbol) hasta los años previos, plagados de soluciones alternativas en las que -hasta el tránsito por aquella suspensión por dóping en el Mundial 1994- nunca se barajó su regreso a Boca.

Fueron dos años desde ahí, con intermitencias y alejamientos, en los que completó 31 partidos y anotó siete goles. Y aunque no ganó títulos, para muchos verlo en acción fue una estrella en sí misma.

Palermo y un regreso anticipado (15 de agosto de 2004)

El gran goleador que se convirtió en ídolo en su primer paso, tuvo un paso por Europa que estuvo lejos de replicar su etapa en Boca y -por eso- tres años, siete meses y 29 días después pegó la vuelta para seguir sumando títulos y escalando en la tabla de máximos anotadores hasta romper todos los récords y convertirse en el número uno de la historia xeneize en materia de festejos.

Martín volvió una noche de empate contra Lanús. Ese día se fue expulsado en el PT.

No obstante, su salida en medio del festejo del título del Apertura 2000 (días después de ganar la final del Mundo ante el Real Madrid con dos goles suyos) no daba la sensación de tener una vuelta tan rápida. Y tal vez por eso su segundo ciclo arrancó sin fiesta de regreso y casi que con un perfil bajo, en un Boca que venía de perder la final de la Copa Libertadores ante Once Caldas y que se había quedado sin Carlos Bianchi hacía días.

Su segunda primera vez fue con 0-0 en la cancha de Lanús en el que Martín fue expulsado a los 44 minutos de juego. Sus primeros goles costaron un par de semanas (dos en un 2-1 ante Racing en la Bombonera), y de a poco fue volviendo a su mejor nivel.

Si su primer ciclo fue brillante (124 PJ, 91 goles y 5 títulos), el segundo fue consagratorio y lo puso en el top 3 de los máximos ídolos de la historia, con 280 PJ, 145 goles y 8 título más. En total, sus 236 goles lo blindaron (¿para siempre?) como hombre récord en materia de festejos.

Román y un regreso con gloria (18 de febrero de 2007)

Otro caso de regreso anticipado, mucho más porque nada hacía prever en julio del 2006 (mientras brillaba en el único Mundial que jugó y venía de protagonizar una histórica campaña europea del humilde Villarreal), que un año más tarde Juan Román Riquelme estaría levantando la Copa Libertadores vestido con los colores de Boca.

Juan Román Riquelme regreso a Boca ante Rosario Central. También fue empate 1 a 1.

Un conflicto con el club español, primero con su DT Manuel Pellegrini y luego con el presidente, escaló hasta que un préstamo al Xeneize apareció como solución cerca del final del mercado de pases del verano argentino del 2007. Y el sueño rápido pasó a la realidad. Román había jugado su último partido en 2002 (eliminación de la Copa ante Olimpia, en Paraguay) y volvió cuatro años, siete meses y dos días más tarde el día en que salió del túnel del Templo para enfrentar a Rosario Central.

Fueron 194 partidos, 44 goles y seis títulos en su primera etapa y otra vez 194 PJ, 48 goles y cinco festejos más en la segunda, totalizando una cantidad de presencias que lo dejó como el jugador que más partidos jugó en la historia de la Bombonera, como si le hiciera falta un récord que validara lo que representó para el club. Ídolo máximo de las generaciones que lo vieron jugar, su personalidad lo erigió (casi una década después de su retiro) en presidente de la institución.

Carlitos superstar (18 de julio de 2015)

Hijo pródigo de la casa. El más emparentable con Paredes por su condición de jugador surgido de la cantera xeneize, Carlitos hizo el recorrido completo entre su primer y glorioso paso por Boca, una etapa europea a la altura de las grandes estrellas y un paso por la Selección propio de los elegidos.

Fueron 10 años, siete meses y un día de distancia entre su último partido en 2004 (con título incluído ante Bolívar por la Copa Sudamericana), hasta su vuelta en 2015, en una tarde del 18 de julio -misma fecha que la vuelta de Paredes- ante Quilmes, pocas semanas después de haber perdido la final de la Champions League con Juventus, a manos del Barcelona de Messi, Neymar y Luis Suárez que dirigía Luis Enrique.

Tevez volvió a Boca un 18 de julio, igual que Paredes. Fue 2 a 0 a Quilmes.

Su primer ciclo constó de 110 partidos jugados, 38 goles y cuatro títulos, incluyendo la Copa Libertadores y la Intercontinental 2003. El segundo (más el tercero que se dio tras su paso por China), completó 169 PJ y 56 goles, además de haber festejado siete títulos más. Luego de haber alternado la titularidad algunos años, se terminó retirando en buen nivel y con protagonismo. A la altura de lo que significó para Boca.

El regreso de Paredes, un hielo ya roto

Quedó sellado nomás, el partido ante Unión, como el de la vuelta de Leandro Paredes a ponerse la camiseta de Boca. Con la medalla de Qatar 2022 colgada imaginariamente, para los hinchas es motivo de orgullo tenerlo otra vez en el día a día. Esta vez, mientras se va aclimatando, le alcanzaron unos 30 minutos de juego en el 1 a 1 definitivo ante Unión (entró justo cuando el rival se puso 1 a 0 y tiró el centro del empate) para mostrar cuán influyente puede ser y también cuánto tendrán que mejorar a su alrededor para ayudarlo a que el equipo tenga otra cara. Aunque lo importante, en días como el que la Bombonera vivió este viernes, va más allá del resultado.

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