La montaña rusa de Colapinto en la F1: un fenómeno que conquistó al mundo en nueve carreras

08/12/2024 11:39hs.

La paciencia es un árbol de raíces amargas pero de dulces frutos. Podría ser una frase de sobrecito de azúcar, aunque se trata de un dicho árabe. Y es perfectamente adaptable al recorrido que atravesó Franco Colapinto en este 2024 hasta cumplir el sueño de su vida: correr en la Fórmula 1. Del arranque complicado en la Fórmula 2 hasta codearse ante varios de los mejores de la historia. De ir a charlas empresariales para tratar de conseguir sponsors para bancarse una temporada completa en la telonera de la Máxima a convertirse en un fenómeno que cautivó al mundo en nueve carreras. Y la experiencia más movilizante de su vida acabó este domingo en el moderno circuito de Yas Marina, donde el año anterior había comenzado a cimentarse la meta de ser un piloto del Gran Circo. Es por eso que en Olé viajamos en el tiempo y hacemos un recorrido por estos meses que el pilarense recorrió a puro vértigo.

Colapinto volvió a traer la emoción de la F1 a la Argentina

Colapinto reavivó nuevamente el fuego interno que en el país parecía apagado. Si bien la F1 siempre fue un producto consumido, su aparición en Monza, aquel 30 de agosto, representó un salto exponencial, dado que cortó una racha de 21 años sin argentos en la parrilla. Y, desde entonces, se notó en plataformas sociales, medios de comunicación y en la escena pública cómo su figura creció en porcentajes altísimos. Carismático, simpático, extrovertido, simple y, especialmente, talentoso. Con esas características, Franco llenó el formulario perfecto para conquistar a los fanáticos nacionales, pero también al planeta entero. Y desde el día 1 se notó el apoyo en cada uno de los circuitos que pisó: siempre contó con un grupo que le dedicó canciones, le pidió una selfie o simplemente un autógrafo. Ni hablar de la procesión que hubo de compatriotas rumbo a San Pablo, donde más de 4000 personas arribaron desde diferentes puntos de la Argentina a alentarlo. Nunca pasó desapercibido.

Con sus resultados, quemó todos los papeles. Primero que nada, cuando a Williams le cuestionaban su ingreso en lugar de Logan Sargeant, el piloto albiceleste travesó con mucha calma la combustión del prejuicio. Y demostró que le sobraban credenciales para estar en la élite de la élite. Incluso, se convirtió en una persona venerada por los diferentes directores de equipo, quienes no escatimaron en elogios hacia él. Es que en sus primeras cuatro finales tuvo resultados impensados: mejoró su posición de partida en cada una de esas finales, sumó cinco puntos (cuatro en Bakú y uno en Austin) y hasta entusiasmó a más de uno pasando a la tercera y última tanda en algunas sesiones de clasificación.

Tras dos décadas pudimos volver a ver a la bandera argentina flamear en la Fórmula 1. Y con Colapinto los fanáticos pudieron celebrar su debut de Monza, esos primeros porotos en Azerbaiyán, la largada espectacular en Singapur que hay que repasar una y otra vez, el sobrepaso a Alonso en el desierto estadounidense, la remontada en México, la fiesta argentina en Brasil, la remontada post golpazo en Las Vegas, el dolor de la rápida eliminación en Qatar y el complejo cierre en Abu Dhabi, que acabó con un toquecito letal de Oscar Piastri y el posterior abandono en la vuelta 28. Los nueve capítulos se vivieron a pura intensidad y pasaron tan rápido como una vuelta en una montaña rusa. Además, hubo un sube y baja de emociones y de rendimientos. Sin embargo, algo no se modificó: el público nacional nunca dudó y siempre acompañó del otro lado de la pantalla, ya sea por TV o por el celular en la señal de streaming.

El festejo de Williams por los resultados de Franco Colapinto y Alexander Albon en Bakú. (Williams Racing)

Colapinto modificó las reglas del juego: todos posaron la vista en él

No hay dudas de que Colapa cambió las reglas de juego. Para poner un ejemplo: hasta este 2024, previo a su ingreso a la categoría, la F1 no había dedicado posteos en otro idioma que no fuera el inglés. Protocolar y con reglas muy claras, la comunicación se dio siempre bajos los mismos términos. Tanto es así que no hubo ni siquiera contenido en español dedicado a Checo Pérez, cuando el mexicano ganó varias carreras en Red Bull. Sin embargo, todo se modificó a partir del boom generado por el volante argentino. Su cuenta de Instagram creció de 400 mil seguidores a más de 4,2 millones. El nivel de interacción fue superior al de campeones del mundo y su nombre se volvió tendencia en varias redes.

Pero todo ese viaje parece haber llegado a su fin. O, al menos, a la primera parada, porque si hay algo que Colapinto se ganó fue el valor de ser un volante de la F1. Y él mismo señaló que tal vez deba -por circunstancias propias de la categoría- alejarse un paso para tomar impulso y volver con más fuerza y una mayor preparación. A falta una confirmación oficial y sin una butaca libre a la vista (parece que las posibilidades de Red Bull, Racing Bulls, Alpine y Sauber ya se cayeron definitivamente cual piezas de dominó), su futuro estaría como reserva de Williams. Bajo el manto de la escudería con base en Grove, buscará seguir creciendo en los simuladores y en autos de otras generaciones. Asimismo, continuaría conociendo los circuitos para así cimentar el sueño de regresar en 2026, momento en el que el mercado podría volver a moverse y en el que se dará el ingreso de -al menos- un equipo más (Cadillac).

Franco Colapinto en Austin con el público argentino. foto Williams Racing

Pase lo que pase en los días, semanas y meses venideros, Colapinto rompió la matrix, movió los cimientos y se llevó alabanzas hasta de Max Verstappen, Lewis Hamilton o Fernando Alonso. Ahora bien, más allá de los resultados, lo que realmente le importa es la historia que podrá contar cuando las luces se apagan y el motor se detiene. Y, en ese sentido, en nueve funciones dejó una huella para recordarnos que los sueños más grandes están para cumplirse.