PARANÁ, Entre Ríos.- El exgobernador Sergio Urribarri afrontó todo el proceso de su enjuiciamiento mientras se desempeñaba como embajador de la Argentina en Israel y Chipre, pero renunció a su cargo tras ser condenado a ocho años de prisión por corrupción y allí comenzó la debacle de su carrera política, que quedó reducida al acompañamiento de algunos pocos partidarios y de su familia.
Fuentes cercanas a Urribarri relataron a LA NACION que “a su regreso de Israel, en julio de 2022, comenzó a desarrollar cierta actividad política en encuentros con militantes en distintos puntos de la provincia”, pero conforme pasaba el tiempo y se acortaban sus posibilidades judiciales, la mancha de la condena social se extendía y lo mantenía aislado de los núcleos de poder del PJ entrerriano.
Ese fue el marco político y personal en el que la Cámara de Casación Penal de Entre Ríos ordenó este martes la inmediata detención de Urribarri y de su cuñado, Juan Pablo Aguilera. La medida se cumplió en horas del mediodía, cuando el otrora poderoso mandatario provincial fue detenido en Concordia y llevado a la ciudad de Paraná. Ahora no se descarta un nuevo traslado al penal de Gualeguaychú.
El ex gobernador entrerriano y embajador en Israel -durante la presidencia de Alberto Fernández– había sido condenado a comienzos de abril junto a su cuñado por el desvío de fondos públicos para promocionar su propia candidatura presidencial en 2015. Fueron tiempos en los que el kirchnerismo buscaba un sucesor para Cristina Kirchner, pero la postulación recayó finalmente en Daniel Scioli.
Radicado en Concordia, y ya habiendo tramitado su jubilación, se dedicó este último año a su familia en la mansión de Concordia. Desde su ostracismo en la casa de calle Garat, donde fue detenido este mediodía, “recibía a sus abogados y los amigos fieles, que se mantuvieron cerca”. Fuentes cercanas a su familia contaron que “también se dedicaba a una de sus pasiones, la cocina, y a hacer los mandados”.
Los abogados defensores adelantaron que apelarán la medida dispuesta por la Cámara de Casación Penal -integrada por las juezas Marcela Davite, Marcela Badano y Evangelina Bruzzo-, pero la prisión preventiva se dictó con efecto devolutivo, de modo que Urribarri y Aguilera permanecerán detenidos mientras tramita el recurso ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) entrerriano.
Urribarri llegó a presentar un recurso judicial con la intención de volver a ser candidato a gobernador, pero ante una andanada de citaciones judiciales que recibió en agosto del año pasado, decidió suspender su actividad política. “Hizo actos en las principales ciudades presentando un libro sobre Néstor Kirchner en el que había escrito sobre su vínculo con el expresidente”, recordaron en su entorno.
El exgobernador fue condenado por haber utilizado fondos públicos en la promoción de su propia carrera política. Esta mañana, las juezas Davite, Badano y Bruzzo hicieron lugar a un recurso presentado por el Ministerio Público Fiscal, revocando así la resolución del tribunal de origen que condenó al exmandatario pero que, paradójicamente, lo había dejado en libertad.
En medio de esta situación, desde el Servicio Penitenciario provincial adelantaron la posibilidad de trasladar al exgobernador a la granja penal “El Potrero”, ubicada en la ruta internacional 136, a pocos kilómetros de Gualeguaychú y de la frontera con Uruguay. Los muros de esa prisión serán los límites que tendrá en los próximos tiempos Urribarri, lejos en todo sentido de su mansión de Concordia.
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