Esta vez es en serio: Mauro Icardi y Wanda Nara están separados y todo indica que van hacia ese punto final, definitivo, con papeles y todo. Y mientras Wanda disfruta de sus días de amor y pasión con L-Gante, Icardi hace de las suyas en la noche porteña, sale con amigos y se acerca, cada vez más, a una morocha llamada “Ángela”.
Con ella estuvo Mauro el jueves previo al fin de semana largo, charlando a muy corta distancia, luego de cenar en Gardiner, el restaurante de la Costanera donde los famosos van cuando quieren que se los vea. Como en una vidriera, Icardi se mostró con esta mujer.
«Estaba en el restaurante con un grupo de amigos. Lo que me llama la atención es que del entorno de Wanda no podían creerlo, me preguntaban: ‘¿con amigos? Si él no tiene amigos acá’. Eso me dicen, que no tiene amigos acá», dijeron en Team Ubfal, sobre la noche “de gira” del jugador del Galatasaray.
«Después fue a Tequila, al VIP. Había una morocha que estaba esperándolo dentro del VIP. El grupo de amigos hizo todo un operativo para hacerlo entrar por la puerta de atrás del boliche. A él le habilitaron la puerta de atrás. Él estuvo con muchas risas, carcajadas, coqueteos con esta chica», agregaron.
Lo cierto es que la noche de jueves no fue la primera para Icardi y Angela, una abogada apellidada Burgos de 35 años, penalista, de renombre y conocida rivalidad en el ámbito de Tribunales con Ana Rosenfeld, la representante legal de Wanda.
“Era la segunda vez que se veían. Ella no estaba sola, estaba acompañada de dos personas más”, dijeron, por su parte, en A la tarde. Y ampliaron: “La primera vez que se reunieron fue en un bar de Figueroa Alcorta, en donde tuvieron una reunión de cinco. Fue una reunión tranqui, a las 17”.
“Ella fue la que le dijo a Mauro que, de ninguna manera, se presente en una audiencia frente a una insinuación o una causa por supuesta violencia de género”, sumó uno de los panelistas del ciclo de América sobre el rol de asesoramiento que está teniendo Ángela para con Icardi.
Así las cosas, en el programa contaron que, luego de aquel encuentro, Burgos fue a Gardiner “acompañada por una amiga, Carolina, y un amigo, Sebastián”. “Estaban en otro lugar y Mauro le dijo: ‘¿Dónde estás? Vamos a estar en Tequila con algunos amigos, sigamos hablando, hay cosas donde me siento inseguro. Vení que te invito’. Y los invitó a los tres”, cerraron.