La Universidad de Buenos Aires se posicionó en el puesto 71 del ranking mundial, según el prestigioso análisis de la consultora británica Quacquarelli Symonds (QS). En el marco de un año signado por el desfinanciamiento del presidente Javier Milei, haber escalado 24 posiciones respecto al año pasado se explica únicamente con un anacronismo: la publicación lleva el año 2025 (en consideración de los estudiantes que busquen inscribirse), pero toma datos del 2023. Si bien la UBA es la mejor del país e incluso de toda Iberoamérica, se evidencia una gran desigualdad al interior del país, ya que la próxima casa de estudios argentina se ubica en el puesto 481.
“El QS World University Ranking 2025 corona a la UBA como la mejor universidad de América Latina, desbancando al líder regional del año pasado, la Universidade de São Paulo, y al segundo clasificado, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)”, informó el documento publicado. Argentina había caído al puesto 95 en el análisis del año pasado, mientras que tuvo su mejor desempeño en el año 2021, cuando ocupó el puesto 66. Durante ocho años se posicionó como la mejor universidad de América Latina, hasta que el año pasado cayó, como consecuencia de un cambio en la metodología del listado.
La clasificación de este año es la más grande jamás realizada y cuenta con más de 1.500 universidades en 105 sistemas de educación superior. Estados Unidos es el país o territorio más representado, con 197 instituciones clasificadas, seguido por el Reino Unido con 90 y China continental con 71. Argentina tiene 25 universidades clasificadas. De ellas, cinco mejoraron su clasificación en esta edición y ocho descendieron, mientras que 12 permanecen estables en su rango o banda. En total, 144 universidades latinoamericanas figuran en el listado de este año.
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Tras la UBA, en el puesto 71, las mejores universidades latinoamericanas son la Universidade de São Paulo, puesto 92, Pontificia Universidad Católica de Chile, puesto 93 y la Universidad Nacional Autónoma de México, en el puesto 95. Los resultados muestran que el sistema de educación superior del continente sigue por detrás de sus pares mundiales y, de media, ha perdido más terreno en el último año: 51 universidades latinoamericanas (35,4%) han caído, mientras que sólo 19 (13,2%) han subido.
Por decimotercer año consecutivo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, mantiene su reinado en la cima. El Imperial College de Londres saltó cuatro puestos y ocupa el segundo lugar, y la Universidad de Oxford y la Universidad de Harvard ocupan el tercer y cuarto lugar respectivamente. La Universidad de Cambridge completa el quinto puesto. Suiza y Singapur son los únicos países, además del Reino Unido y Estados Unidos, que figuran entre los 10 mejores. En el análisis, desde la última edición, han incorporado tres nuevos indicadores a la medición del ranking que han beneficiado a Argentina: sostenibilidad, resultados laborales y red internacional de investigación.
La UBA se destaca puntualmente en los indicadores de reputación académica, resultados laborales, reputación del empleador, red internacional de investigación y proporción de estudiantes de profesores. En menor medida, se la califica por proporción de estudiantes internacionales, proporción de docentes internacionales, sostenibilidad y, con bajísima calificación, por sus citaciones por facultad. La UBA incluso rankea entre las primeras 50 del mundo en empleabilidad (puesto 13 a nivel mundial), reputación académica (puesto 35) y reputación entre los empleadores (puesto 38).
“La UBA brilla en la clasificación de este año, recuperando el primer puesto en América latina tras un breve paréntesis. Sin embargo, su éxito pone de manifiesto la grave situación en la que se encuentran las demás universidades del país, ya que la segunda universidad mejor clasificada se encuentra 410 puestos por detrás«, destacó Ben Sowter, vicepresidente senior de QS. Tras la UBA, las siguientes universidades argentinas en el ranking son la UCA (481), la Universidad Austral (524) y la Universidad Nacional de La Plata (534).
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Sowter, vicepresidente senior de QS, advirtió que “seguimos observando crecientes desigualdades en América Latina, tanto a nivel nacional como regional. Las principales universidades del continente han registrado algunos avances positivos en el último año, registrando tanto mejoras en los resultados laborales como en su posición entre los académicos del mundo. Sin embargo, aunque este pequeño conjunto de universidades de élite mundial sigue siendo competitivo, observamos en múltiples países —Argentina, Chile, Colombia— que los líderes nacionales han aumentado la brecha que las separa de sus pares nacionales”.
«Aunque todas las naciones se benefician de contar con una universidad de investigación emblemática de renombre internacional, el reto para los mayores sistemas universitarios de América Latina consistirá en identificar formas de garantizar que las instituciones homólogas se pongan a su altura, especialmente en términos de impacto de la investigación”, señaló. “La UBA brilla en la clasificación de este año, recuperando el primer puesto en América Latina tras un breve paréntesis. Sin embargo, su éxito pone de manifiesto la grave situación en la que se encuentran las demás universidades del país, ya que la segunda universidad mejor clasificada se encuentra 410 puestos por detrás”, añadió Sowter.
Considerando los recortes de la administración libertaria, el representante internacional analizó: “Aunque la Argentina se ha mantenido relativamente estable en esta edición de la clasificación, registrando una tasa global de descenso del 12%, el futuro de su sistema de formación universitaria parece precario. Las recientes protestas masivas contra los recortes de financiación y las medidas de austeridad del gobierno subrayan la importancia social e histórica de las universidades públicas argentinas”.
Por su parte, Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, declaró: “Estamos muy orgullosos por los resultados alcanzados en el ranking QS de este año, que paradójicamente se dan en un momento complejo para la educación universitaria pública en nuestro país. Sin embargo, hay que aclarar que estos números reflejan datos correspondientes a 2023. Justamente ahí está el desafío al que nos enfrentamos hoy. Si nosotros queremos mantenernos en estos niveles de excelencia, es indispensable que también se sostenga la inversión en distintos ámbitos estratégicos como el de ciencia e investigación, por ejemplo. En este momento, el presupuesto que tiene asignado esta área está absolutamente desactualizado”.
“Si esto no se revierte, tarde o temprano vamos a caer en estas mediciones que nos ponen en la élite del sistema universitario internacional”, alertó Yacobitti, quien recordó su campaña titulada “Cuidemos lo que funciona”, en el marco de la gran movilización del 23 de abril. Sobre las políticas de la UBA que la llevan a su excelencia académica, destacó “la actualización, mejora y dinamización de los planes de estudio; el apoyo a la formación en áreas estratégicas; la inclusión de tecnologías nuevas en el proceso de enseñanza y también las políticas de internacionalización de la ciencia y la investigación que venimos llevando a cabo”.
ML / ED