Por un error del sistema en la administración de las cuentas, el Banco de la Provincia de Córdoba puede perder entre 150 y 300 millones de pesos. Todo se destapó las últimas semanas cuando autoridades de la entidad bancaria se encontraron con la imposibilidad de recuperar los montos que abonaron por viajes en el transporte urbano de pasajeros.
Desde marzo de este año, las tarjetas Cordobesas con tecnología contactless permite a los usuarios del servicio de transporte público pagar los viajes. El funcionamiento es el mismo que con una Redbus o otra similar: el pasajero aproxima el plástico a la validadora y este le efectúa el cobro.
En caso de no contar con dinero en la cuenta, se podrán realizar como máximo cuatro viajes diarios, tanto en los colectivos urbanos como Interurbano en toda la provincia. Las empresas de colectivos registraban ese viaje y Bancor pagaba.
Hasta ahí el sistema funcionaba de manera correcta y liberaba a los usuarios a buscar quioscos o puntos de carga para sus tarjetas o evitar otras aplicaciones, como la nueva TIN.
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Hace unos días, sonó el teléfono de la oficina del ministro de Transporte. Eran los directivos del Banco provincial que querían alertar a las autoridades provinciales la necesidad de cortar el beneficio para los cordobeses. Al parecer, los protocolos antifraude del banco generaban alguna incompatibilidad transitoria con los sistemas de las tickeadoras colocadas en las unidades del transporte y no se actualizaban las tarjetas dadas de baja, robadas o inhabilitadas.
Por ende, los pasajeros que usaban la cordobesa “sin saldo” o con viajes negativos, podían viajar sin pagar un centavo. Ese viaje quedaba registrado y generaba una deuda que afrontaba Bancor. El monto que se debe pagar a las empresas del transporte alcanzaría los 300 millones de pesos, dinero que los encargados de seguridad y sistemas del Banco están tratando de recuperar.
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Desde la provincia le impidieron tomar la decisión de suspender el servicio ya que no era un problema de los cordobeses sino del banco. El éxito de la medida ya había comenzado a generar una costumbre en los usuarios. “La tarjeta gasta los viajes negativos y después no los puede cobrar. El ‘negro’ no paga la tarjeta y queda en rojo. Cuando hacen el conteo, es mucha plata”, reconoció un empresario.
Las empresas también alertaron que no querían perder esa forma de pago. Además de considerarla de utilidad, reconocen que la entidad financiera provincial es una muy buena pagadora, ya que no retiene el dinero y lo deposita cada 48 horas.
Se espera que en los próximos días llegue una alternativa de solución desde las oficinas centrales del principal Banco provincial.