Hoy compartiré contigo algunos hábitos que nos enseña William Mc Raven en su libro Tiende tu Cama. Consiste en diez lecciones que aprendió en el entrenamiento básico SEAL (en la marina) y que espera sean de utilidad en el transcurso de nuestras vidas.
Son seis meses de hostigamiento constante que tienen como objetivo impedir que personas débiles de mente y cuerpo formen parte de los SEAL de la Marina y su objetivo es encontrar a aquellos que puedan liderar equipos en un ambiente de estrés constante, caos, fracaso y sufrimiento. Para mí, el entrenamiento SEAL fue una vida entera de retos comprimida en un periodo de seis meses.
Si quieres cambiar el mundo…
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Hazte la cama en la mañana. Hacernos la cama constituía la primera tarea del día y llevarla a cabo correctamente era importante. Era una demostración de disciplina. Denotaba atención a los detalles y, al final del día, sería un recordatorio de que había hecho algo bien, una tarea de la que podía enorgullecerme, sin importar lo pequeña que fuera. A lo largo de mi vida en la Marina, hacer la cama fue la única constante en la que podía confiar, día tras día.
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Encuentra a alguien que te ayude a remar. No puedes cambiar el mundo tú solo, se necesita algo de ayuda, y para llegar a tu destino necesitarás a tus amigos y colegas, así como la buena voluntad de gente desconocida y de un timonel enérgico para guiarlos.
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Mide a las personas según el tamaño de su corazón. El entrenamiento SEAL siempre se reducía a demostrar algo: que la estatura no importaba, que el color de tu piel era intrascendente, que el dinero no te hacía mejor persona, que la determinación y la tenacidad siempre son más esenciales que el talento.
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La vida no es justa, ¡Sigue adelante!
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El fracaso puede fortalecerte. Vas a fracasar; de hecho, es probable que fracases a menudo. Será doloroso y será desalentador. En ocasiones te pondrá a prueba hasta la médula.
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Arriésgate a lo grande. Deslízate de cabeza por el obstáculo.
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Enfréntate a los aprovechadores. No temas a los tiburones.
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Ponte a la altura de las circunstancias. Sé la mejor versión de ti mismo.
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Dale esperanza a la gente. Empieza a cantar cuando te llegue el lodo al cuello. Si hay algo que he aprendido en mis recorridos alrededor del mundo es el poder de la esperanza. El poder de una persona, de un Washington, Lincoln, King, Mandela o incluso el de una joven muchacha de Paquistán, Malala. Una persona puede cambiar el mundo infundiéndole esperanzas a la gente. Si quieres cambiar el mundo, cuando el lodo te llegue al cuello, empieza a cantar.
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Nunca jamás te des por vencido.
por Paula Cabalén
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