La vida debe seguir y la peluquería del reconocido estilista Facundo Verdini, en el barrio porteño de Recoleta, que el mes fue escenario de un crimen espeluznante, reabrió este sábado la atención al público, intentando volver a una rutina que tal vez nunca sea la misma. O al menos no lo será hasta que atrapen al prófugo asesino Abel Guzmán, el feroz asesino a sangre fría su compañero Germán Medina, video cuyo salvajismo explícito que conmovió al país. A Guzmán se lo vio escapar por una ventana, y aunque cuesta creer como con tantas cámaras en la Ciudad la policía no puede haber rastreado su huída, lo único cierto es que a casi un mes del crimen sigue prófugo.
Ese detalle, el de Guzmán todavía libre, y la circunstancia que trascendió días después de que luego de ejecutar a Medina el mismo Guzmán habría intentado atacar también a Verdini, es el que provoca todavía sensaciones de escalofrío entre quienes trabajan en el lugar. «Esto es una pesadilla, todavía no me recupero, él (Guzmán) sigue prófugo, eso nos tiene intranquilos», admitió el propio Verdini. Tampoco el alerta rojo de Interpol que recae sobre Guzmán arrojó hasta ahora alguna novedad sobre su paradero.
La peluquería de Berutti al 300 recibió este sábado a varias de las clientas habituales, luego que la Justicia concluyera las pericias respectivas, liberando el uso del lugar y permi que se avance no solo con las tareas de limpieza, sino también con la reposición de uno de los espejos: el que había recibido el balazo que terminó con la vida de Medina.
Una de las clientas salió presurosa del local, que cuenta al menos por estos días con custodia policial, y cuando periodistas en el lugar quisieron entrevistarla solo señalo que estaba «todo bien» en la peluquería y se fue rápidamente.
Si bien el local como dijimos tiene en esta reapertura custodia policial, Verdini fue enfático con su preocupación ante otro posible ataque de Guzmán: «Todo el tiempo pienso en eso», le dijo el estilista a TN. Además, contó dudaba en reabrir el local, pero finalmente cambio de parecer «ya que varias familias dependen de este trabajo».
En las últimas semanas la policía por orden judicial realizó numerosos allanamientos en procura de dar con Guzmán, pero fueron de resultados negativos. El hecho de que todavía siga prófugo, hace que la familia de Germán Medina sostenga que guzmán «cuenta seguramente con ayuda de terceros».
El crimen se produjo el 20 de marzo pasado, cuando el personal de la peluquería compartía unas bebidas con el dueño, antes del cierre. La escena parecía la de un día más, pero en ese momento y delante del resto del staff Guzmán sacó de una mochila una pistola, con la que empezó a amenazar a Medina. de fuego, La escena se torno irreal cuando Guzmán, de 43 años, le disparó en la cabeza a su compañero, con los demás que asistían azorados, Verdini escapó a un depósito contiguo, y días después trascendió otro video en el que se ve que Guzmán también lo persiguió a ese lugar, pero apurado por escapar como no lo encuentra opta por huir.
Medina, de 33 años, alcanzó a llegar, agonizante, al Hospital Fernández, pero murió poco después. Según trascendió, hasta ahora la Justicia cree que ese crimen Guzmán lo planificó varios días antes, por eso incluso había cambiado su corte de pelo, y habría tenido con Medina «celos profesionales».
NA/HB