lunes, 1 septiembre, 2025

De la mano de Haydn, Mozart y Beethoven, el Ensamble Concentus BA brilló en el Palacio Libertad y luchó contra la tormenta de Santa Rosa

En el universo de la música clásica, pocas combinaciones resultan tan emblemáticas como la que reúne a su “santísima Trinidad”: Haydn, Mozart y Beethoven; invitados ineludibles en cualquier celebración del género. Con obras de estos tres compositores el Ensamble Concentus BA, agrupación argentina dedicada a la interpretación historicista del repertorio clásico-romántico, se presentó el domingo 31 de agosto en el Palacio Libertad, bajo la dirección de Ricardo Sciammarella.

El concierto, que contó con la participación del violinista Pablo Saraví, celebró los 125 años del Conservatorio Beethoven, una de las instituciones referentes de la educación musical en nuestro país, fundada en 1900 por el Maestro Augusto Sebastiani y revitalizada por la destacada pianista Pía Sebastiani, quien creó la Fundación Beethoven.

Por supuesto, nadie escapa a que un imprevisto ocurra en una celebración, por más ordenada que sea ni por más importante que sea la ocasión. La tradicional tormenta de Santa Rosa, de fines de agosto, trajo consigo una humedad intensa que afectó los delicados instrumentos de época del ensamble. Las cuerdas de tripa, tan fieles al deseado sonido historicista, son extremadamente sensibles a los cambios de clima, y esto complicó la afinación, algo que se notó especialmente en los primeros minutos del concierto.

La noche comenzó con la Sinfonía en Do mayor Hob. I:63 “La Roxelane” de Haydn, una partitura concebida originalmente como música incidental para la pieza teatral Soliman III. La obra, con su carácter teatral, cargado de sensibilidad y contrastes dramáticos, exige precisión y claridad en el discurso musical.

El regreso de Pablo Saraví, tras su retiro como concertino de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires luego de 36 años.

Sin embargo, la interpretación del ensamble no terminó de alcanzar esa fluidez. La afinación inestable y ciertas imprecisiones en la sección de vientos afectaron el balance y la continuidad del relato sonoro, haciendo que el colorido teatral de Haydn no se desplegara en toda su riqueza.

El programa continuó con las Romanzas para violín y orquesta de Beethoven, donde brilló Pablo Saraví. Reencontrarse con él en el escenario, tras su retiro como concertino de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires luego de 36 años, es siempre un verdadero placer.

Su interpretación se destacó por un fraseo elegante, que mostró el lirismo juvenil de la escritura temprana de Beethoven. La orquesta acompañó con discreción y equilibrio: no buscó protagonismo, pero sostuvo con firmeza el discurso musical (a pesar de la persistencia en los problemas de afinación), permitiendo que el violín desplegara sus líneas con naturalidad.

El punto más alto de la noche para el Ensamble llegó con la Sinfonía en Sol menor K. 550 de Mozart, una de las obras más reconocibles del repertorio clásico, cuyos primeros compases son suficientes para que el oyente identifique al genio de Salzburgo. Tras una breve pausa para re-afinar –el propio Sciammarella explicó al público cómo el clima había afectado a las cuerdas de tripa-, el ensamble abordó esta famosa partitura con una solidez notable.

Desde el primer movimiento, el célebre motivo apareció con claridad y fuerza, delineado con precisión por todas las secciones. Y en el movimiento final, el ensamble alcanzó su punto de mayor cohesión: tempo ajustado, articulación prolija y un brillo sonoro que sostuvo el dramatismo de la obra sin perder su tensión interna.

La tradicional tormenta de Santa Rosa trajo una humedad intensa que afectó los delicados instrumentos de época del ensamble.

Esta interpretación del Ensamble cerró con broche de oro una celebración de la música clásica por partida doble: por un lado, un homenaje a los grandes pilares del clasicismo -Haydn, Beethoven y Mozart-, y por el otro, la conmemoración de los 125 años del Conservatorio Beethoven.

Ficha

Ensamble Concentus BA

Calificación: Muy bueno.

Director Ricardo Sciammarella, violín solista Pablo Saraví. Programa: Sinfonía en Do mayor Hob. I:63 “La Roxelane” de Franz Joseph Haydn (segunda versión); Romanzas para violín y orquesta n.º 1 en Sol mayor Op. 40 y n.º 2 en Fa mayor Op. 50 de Ludwig van Beethoven; y Sinfonía en Sol menor K. 550 de Wolfgang Amadeus Mozart (segunda versión). Función: Domingo 31 de agosto, Palacio Libertad.

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