Creció en una familia de artistas, en donde serlo era lo más normal del mundo y quizá por eso empezó a formarse de muy chica. “Por suerte, en mi familia lo artístico nunca fue visto como una rareza, sino que siempre estuvo presente como algo natural. No solo por aquellos que ejercen esta profesión, como el tío Norman sino a través del lenguaje familiar, ese de los juegos y los cuentos que me leían de chiquita”, solía decir Mariana Briski, que era nieta del actor Felipe Briski, sobrina de Norman Briski y sobrina nieta de Berta y Paulina Singerman.
Nació en Córdoba el 14 de septiembre de 1965 y mientras estudiaba en la secundaria hizo su debut teatral en Pino verde, una obra del poeta José Pedroni presentada en un festival intercolegial. Entonces supo que ese era el destino que quería. A los 18 años se mudó a Buenos Aires para estudiar en la Escuela Municipal de Arte Dramático. “La actuación fue el lugar donde menos me cuestioné. Yo me cuestioné todo, pero actuar no, porque lo que implica la mirada del actor es un lenguaje que me hace sentir libre”, contaba en el programa Pura Química, en ESPN.
Actriz, guionista, productora y directora, en los primeros años en la gran ciudad se ganó la vida como niñera, pero pronto comenzó a presentarse en café concerts junto a su compañera y amiga Sandra Monteagudo, con quien formó Las Barbies, un dúo del under que dio mucho que hablar. Se conocieron en un grupo de teatro independiente que se llamaba Caleidoscopio y enseguida pegaron buena onda; empezaron a trabajar en plazas, escuelas y sótanos hasta llegar al teatro y la televisión.
Creativa y prolífera, Briski inventó decenas de personajes que tuvo la oportunidad de mostrar en televisión en De la cabeza, en 1992, y luego en Cha cha cha, de la mano de Alfredo Casero y Fabio Alberti. Hizo reír a varias generaciones y se lució como la conductora de un hipotético Canal de la Mujer; Marcela Lacomme, notera de Sol de Noche; la mujer de Lucho Cubrepileta; la promotora de Gazulo Pregunta; Betty, la cuartetera; Teresita, la ‘bienuda’ dispuesta a piquetear para conservar sus privilegios; Marisol Columpio, terapeuta múltiple. En esos ciclos forjó una gran amistad con Mex Urtizberea, con quien luego trabajó en Magazine for fai, como directora de actores. También estuvo en el magazine Resumiendo, con los hermanos Korol, y en Chabonas.
La popularidad le llegó de la mano de VideoMatch en 1994. “Llegué al programa con muchos prejuicios porque venía de Cha Cha Cha y la idea de trabajar en Telefe, en algo tan popular que no buscaba ni se cuestionaba nada, no me convencía. Sin embargo, descubrí que no se trata solo de un ciclo de entretenimientos, sino que a través del humor reflejaba la situación social mucho más que cualquier programa político… El humor no es solo un lugar de entretenimiento. No es solo hacer reír, sino el lenguaje en el que puedo contar mi tragedia. Y si alguien se ríe, bárbaro, cerró la fórmula…. Me acuerdo de que también lo charlé con mi tío Norman y me dijo que la mejor forma de laburar es estando, y, donde estás, proponés», dijo tiempo atrás.
Cuando Marcelo Tinelli la convocó, una de sus condiciones fue que también estuviera su compañera Sandra Monteagudo y juntas hicieron sketches inolvidables como los raperos Sandra y Esteban; las alumnas Luna y Matilde; Las modelos; Las feministas. En 1999, Briski se despidió del ciclo para ser mamá y unos meses después, en 2000, nació su único hijo, Pedro. Cuando volvió a trabajar lo hizo en la novela Primicias y luego, estuvo en Poné Francella, en Maru a la tarde que conducía Maru Botana y en RSM (Resumen de los medios). También hizo radio con Juan Di Natale en la Rock &Pop en Day tripper, y con Elizabeth Vernaci en Radio portátil. Estuvo en Resistiré, en Guinzburg & Kids, en El show de la tarde, en Los secretos de papá (eltrece) y en Chiquititas en 2006.
Su primera vez en el cine fue en 1985 con una participación en Los días de junio. Luego formó parte de los films Comodines, ¿Sabés nadar?, El favor, No sos vos soy yo, El viento, Motivos para no enamorarse, Salsipuedes y El dedo. En teatro hizo Elecciones generales, dirigida por su famoso tío; Diez minutos para enamorarse con dirección de Alberto Ure; La bicha; el unipersonal La del medio, Las reinas de la noche, Pizza man, Chiquititas, Mortadela, y dirigió Rodolfo Alfredo el aviado, Caso Casandra, y Una historia para no dormir.
Conoció al amor de su vida, el veterinario Hernán Ventura, en 1988 y fue quien la acompañó hasta el último día. En 2004 le detectaron un cáncer de mama, durante una mamografía rutinaria. Le hicieron dos cirugías, varias sesiones de quimioterapia y otras más de rayos. Todo anduvo bien hasta que en 2011 le descubrieron una metástasis en el pulmón. Mariana Briski murió el 14 de agosto de 2014. Tenía 48 años.
Cuando ya había superado el cáncer de mama, Briski contó en algunos medios que lo más difícil había sido decírselo a su hijo Pedro, que apenas tenía 5 años. “Decidí contarle la verdad porque me parece que cuando uno sabe lo que sucede puede transitar el dolor de una mejor manera. Utilicé palabras para un nene de su edad, le conté que tenía algo en la teta y que me lo tenían que sacar. Él enseguida me preguntó si le iba a pasar lo mismo, le dije que no y también le hablé de la caída del pelo. Por suerte, justo había en casa un muñequito al que se le podía sacar y poner una peluquita, y eso ayudó… Creo que Pedro lo tomó bastante bien. Es más, él va a un taller de arte y hace poco me regaló una escultura que era yo, con sombrero y todo. Me dijo: ‘para que no te olvides de que usás sombrero’”, contó alguna vez. Pedro heredó esa habilidad de su mamá porque Mariana también pintaba, sobre todo en los últimos años, y elegía hacer paisajes.