El clima invernal en Texas podría recibir un impulso inesperado este año si se confirma el regreso de La Niña. Los pronósticos climáticos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) ya sugieren señales de que este fenómeno, caracterizado por el enfriamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial oriental, podría instalarse hacia finales de 2025.
La NOAA estima en su último informe que existe un 50% de probabilidades de que La Niña se desarrolle entre octubre y noviembre de 2025. La chance de que las condiciones neutrales se mantengan ronda el 44%, mientras que El Niño apenas alcanza un 6%. Si la fase fría logra instalarse, podría prolongarse durante todo el invierno boreal 2025-26.
El escenario más probable sería una La Niña débil, aunque no se descarta un 20% de probabilidad de que se intensifique a un evento moderado o fuerte hacia diciembre. En términos técnicos, se considera moderada cuando la temperatura superficial del mar en la región Niño 3,4 se ubica al menos 1 °C por debajo del promedio, equivalente a 1,8 °F.
En estos momentos, el sistema climático global se encuentra en condiciones neutrales de ENSO —el ciclo natural que alterna entre fases de El Niño, La Niña y estados intermedios—. Esto significa que las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial están cerca de sus valores promedio, sin que predomine el enfriamiento o el calentamiento característico de cada fase.
El último informe de la NOAA indica que, durante los últimos meses, las marcas térmicas oceánicas presentaron fluctuaciones recientes:
La atmósfera funciona como un sistema interconectado: cambios en un océano pueden repercutir a miles de kilómetros. Cuando las aguas del Pacífico ecuatorial oriental se enfrían, el chorro polar —la corriente de vientos de altura que transporta frentes fríos— tiende a desplazarse hacia el norte de América del Norte.
Esa modificación trae consecuencias para Texas:
En Houston, por ejemplo, los registros desde 1950 muestran que en 16 de los 23 inviernos con La Niña, las temperaturas fueron superiores al promedio, con un incremento medio de 0,8 °C (1,4 °F) respecto de los inviernos sin este patrón, según Houston Chronicle.
La influencia de La Niña sobre las lluvias es más leve. En Houston, el promedio de precipitación invernal en años con esta fase es de 249 milímetros, apenas un 6% menos que en inviernos neutrales o con El Niño.
En cuanto a la nieve, el panorama varía por región: