Este jueves a las 20, el Teatro Colón celebrará los cien años de la creación de su cuerpo de baile, aniversario que comparte con los otros elencos estables, es decir, el coro y las orquestas.
Será un festejo de gran porte que llevará a escena los estupendos bailarines del Teatro, así como artistas argentinos que están trabajando en el exterior, además de la reposición de obras recientes como Carmina Burana de Mauricio Wainrot, de la temporada 2024, y un estreno absoluto de Oscar Araiz, Partita’.
Formarán parte la Orquesta y el Coro estables del Teatro Colón con la dirección de Beatrice Venez, Manuel Coves y Miguel Martínez.
El anuncio
La conferencia de prensa para presentar este acontecimiento estuvo conducida por la ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriela Ricardes, el director general del Teatro Colón Gerardo Griecco, y la directora adjunta del Ballet, África Guzmán.
Julio Bocca, director del Ballet, se había retirado antes del comienzo de la conferencia, afectado por un malestar pasajero; quizás por ese motivo su transcurso fue bastante breve y algo desordenado.
La ministra de cultura se extendió más ampliamente en su exposición y entre otras cosas, dijo, refiriéndose a los bailarines invitados que se encontraban en la sala, colmadísima, del Centro de Experimentación del Teatro Colón:
«Cada uno de estos bailarines encarna el espíritu del Colón y lo proyecta al mundo como embajadores culturales. Esta gala es una celebración de ese legado, un espacio de encuentro para que el público conozca y escuche a sus protagonistas’’.
Cómo será el programa
Los alumnos de la Carrera de Danza del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, que dirige Sabrina Streiff, abrirán la velada con un desfile escénico sobre la Polonesa del Acto II de Una vida por el zar, música de Mijaíl Glinka.
De allí continuará el programa elegido para esta celebración especial, que reúne una variedad de lenguajes de danza y todos ellos han marcado la historia del Ballet del Colón. Habrá escenas de obras puramente académicas como El lago de los cisnes en la versión de Mario Galizzi, y Paquita de Luis Ortigoza, ambas originalmente creadas por Marius Petipa en distintos momentos del siglo XIX.
La bella durmiente, igualmente del insoslayable Marius Petipa en la versión de Mario Galizzi, formará parte del programa con el pasaje del Adagio de la rosa. Sus intérpretes son Marianela Núñez, la reina absoluta de estos días, acompañada por cuatro bailarines ya retirados en el rol de los príncipes: Vagram Ambartsoumian, Edgardo Trabalón, Alejandro Parente y Jorge Amarante.
Y como un emocionante homenaje, una pareja inolvidable de primeros bailarines del Teatro Colón harán los roles de reina y rey: Silvia Bazilis y Raúl Candal.
Se presenta también el dúo del segundo acto de La Sylphide, una obra puramente romántica, en la recreación de August Bournonville de 1836 y creada por Filippo Taglioni pocos años antes.
Tendremos también dos obras de George Balanchine: el Chaikovski pas de deux y una escena de Joyas, así como la famosa versión de Carmen de Alberto Alonso creada especialmente para Maia Plissetskaia.
María Eva Prediger, del Ballet Contemporáneo del San Martín, y Rodrigo Colomba, del Ballet Folklórico Nacional, interpretarán una pieza de Ana María Stekelman. Es el Romance del diablo (de 2001), con música de Ástor Piazzolla, con Pablo Mainetti en el bandoneón y la reposición de Cecilia Figaredo.
Se verá una obra montada muy recientemente: la exitosa Chacona (2010) del coreógrafo español contemporáneo Goyo Montero sobre música de Johann Sebastian Bach. En esta escena, así como en las seleccionadas del Don Quijote estrenado hace pocas semanas, participa el Ballet Estable.
El programa es muy extenso y puede consultarse completo en la página web del Teatro Colón. Pero es justo cerrar esta nota con las palabras de Maricel de Mitri, gran bailarina y con una importante trayectoria en el Ballet Estable, que representa quizás el sentimiento de sus compañeros de muchas décadas.
Dice Maricel: «Una institución como es este teatro, esta casa de arte, en los que la tradición y la transmisión son esenciales, está también expuesta a los vaivenes de un país y de cómo se lo conduce. Por supuesto, a lo largo de cien años ha habido desaciertos, hechos que no estuvieron a la necesaria altura. Pero también hubo muchas cosas maravillosas, artistas que pasaron, almas especiales. Y tiene que haber sido así para que estemos hoy cumpliendo cien años’’.