martes, 15 julio, 2025

Según un investigador del INTA, los rendimientos de soja aumentan hasta 40% con abejas melíferas

En diálogo con Canal E, Pablo Caviglasso, investigador del INTA Marcos Juárez, explicó cómo el trabajo conjunto con apicultores y productores rurales está transformando el manejo de la soja a partir de la polinización con abejas melíferas.
Impacto positivo y directo en la producción de soja

La incorporación de servicios de polinización con abejas melíferas en cultivos extensivos como la soja ha generado resultados contundentes. “Los resultados son realmente significativos”, remarcó el entrevistado, y explicó que “hemos encontrado aumentos de formación de vainas que van entre un 34 y un 39 por ciento”.

El estudio fue realizado en cinco campos reales de productores y, según el investigador, los incrementos no solo se reflejaron en cantidad, sino también en la calidad: “Detectamos mejoras en la calidad de los granos, especialmente en el contenido de oleicos en semillas”.

Además, Caviglasso puntualizó que los efectos varían según el ambiente, la variedad de la soja y el grupo de madurez. En algunos casos, “los rendimientos por unidad de superficie llegaron a superar el 40%”, indicó. Durante la primera temporada del estudio, por ejemplo, se registraron aumentos de hasta 17 quintales por hectárea, lo que representa una mejora del 25%.

Incorporación profesional y desafíos futuros

El modelo propuesto implica una asociación entre productores agrícolas y apícolas. “No es lo mismo producir miel que ofrecer servicios profesionales de polinización”, advirtió Caviglasso, señalando que las abejas deben ser preparadas y manejadas de forma específica para este fin. Las colmenas se colocan al inicio de la floración, se estimula su actividad forrajera, y se retiran antes de la cosecha.

Para la próxima temporada, ya existen acuerdos en marcha: “Tenemos casos de productores interesados en llevar esto a escala productiva completa”, afirmó, invitando a más actores del sector a sumarse a la iniciativa y a implementar el protocolo desarrollado.

Sin embargo, el contexto climático también juega un papel clave. “El cambio climático está modificando la floración de la soja, que antes era cerrada, y ahora tiende a abrirse, lo que genera una mayor dependencia de polinizadores”, explicó el especialista. Y destacó que, aunque las abejas melíferas ayudan a suplir la falta de polinizadores, “las nativas son mucho más eficientes y fundamentales para mantener el equilibrio del ecosistema”.

Advertencia sobre el futuro del INTA

Consultado sobre la reciente reestructuración del INTA por decreto, Caviglasso fue contundente: “Es una pérdida total de años de trabajo y de prestigio internacional”. Enfatizó que el organismo es reconocido globalmente por su neutralidad y rigor científico, y que los cambios podrían afectar su capacidad operativa: “Lo que cambia es quién decide qué hacemos en el INTA. La pérdida de autarquía implica que no podamos autofinanciarnos frente a crisis o recortes”.

El investigador defendió el rol de las estaciones experimentales, como la de Marcos Juárez, donde se validan tecnologías y prácticas antes de su implementación masiva. “El INTA transmite al productor lo que realmente pasa, sin importar si el resultado es positivo o negativo para un insumo o manejo”, subrayó.

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