Durante años fue una de las figuras más icónicas de la moda argentina, con campañas internacionales, tapas de revistas y un perfil público muy alto. Pero Liz Solari eligió otro camino: alejarse del ruido del espectáculo para sumergirse en un mundo más silencioso, más íntimo y, para ella, más verdadero. Hoy, su vida gira en torno a la espiritualidad, la meditación y el bienestar, una transformación profunda que también le permitió reinventarse profesionalmente.
La exmodelo, que también supo tener un breve pero visible paso por la actuación, comparte ahora en sus redes sociales una faceta completamente diferente. Lejos de las luces y las cámaras, Liz se presenta como una guía espiritual que promueve el autoconocimiento, el veganismo y la conexión con lo divino. “Hace 15 años inicié un camino de autoconocimiento a través de la meditación que cambió mi vida”, explicó en uno de sus videos recientes.
Rodrigo Lussich la calificó como “la nueva gurú” al presentar sus publicaciones en Intrusos, donde se la ve hablando pausadamente, entre paisajes naturales, sobre conceptos como el sacrificio, la fe, la obediencia y el amor por la creación. En sus palabras, el bienestar personal no es una meta superficial, sino una consecuencia de vivir en armonía con valores espirituales profundos.
Y si bien parece retirada del mundo laboral tradicional, la realidad es que Liz Solari encontró en esta nueva faceta una fuente de ingresos muy concreta. Su modo de vida no solo está basado en sus creencias, sino que también se convirtió en una propuesta profesional: organiza y guía retiros espirituales en distintos puntos del país, donde los participantes pagan por compartir con ella experiencias de transformación y conexión personal.
CÓMO GANA DINERO HOY LIZ SOLARI
El próximo retiro que liderará se llevará a cabo del 7 al 10 de agosto en plena selva misionera. No es un detalle menor: eligió esa zona por su fuerza espiritual, por la presencia de comunidades guaraníes con prácticas ancestrales y por la potencia natural del entorno, que incluye saltos de agua, clima selvático y una fuerte energía ambiental.
“Voy a estar guiando retiros espirituales y actividades”, anunció ella misma en sus redes. Los encuentros incluyen meditación, yoga, danza estática, respiración consciente y charlas profundas sobre el propósito personal. A eso se suma una alimentación basada en productos veganos y la práctica del silencio como herramienta de introspección.
Las publicaciones que realiza suelen estar acompañadas de frases de contenido religioso y filosófico. En una de las más comentadas, Liz escribió: “Jesús vino para recordarnos el potencial de convertirnos en seres crísticos… somos artesanos de nuestra propia salvación”. Esa idea se repite en varios de sus posteos, donde retoma pasajes del cristianismo para proponer una vida más austera, sacrificada y centrada en lo espiritual.
El contraste con la vida de pasarela es total. Liz dejó atrás la exposición, las alfombras rojas y los contratos con marcas de lujo para abrazar una existencia más simple, conectada con lo natural y lo sagrado. Según sus palabras, esta transformación no fue abrupta, sino el resultado de años de búsqueda interior.
“En mi momento personal, estos tiempos de introspección fueron determinantes en mi vida”, aseguró. Sus seguidores —cada vez más numerosos— celebran su evolución y muchos se sienten identificados con su propuesta. El nuevo rol de Liz combina creencias religiosas, prácticas de bienestar y una mirada crítica sobre el consumo, el ego y la superficialidad.
Aunque ya no camina por pasarelas, Liz Solari sigue marcando tendencia. Esta vez, desde otro lugar: como referente de una nueva espiritualidad que gana cada vez más adeptos en un mundo que busca, desesperadamente, un poco de paz.