A partir del próximo sábado 8 de febrero, Boca iniciará una seguidilla de partidos que pondrá a prueba la resistencia física y mental del equipo dirigido por Fernando Gago: visitará a Racing en el Cilindro de Avellaneda por la fecha 4 del Torneo Apertura, en un partido de suma importancia para el equipo que busca meterse en los puestos de clasificación.
Este será solo el comienzo de una serie de siete partidos que el Xeneize deberá afrontar en un lapso de 21 días, lo que significa un partido cada tres días. No obstante, la agenda se vuelve cada vez más exigente.
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Tras el clásico con Racing, el martes 11 de febrero, los de azul y oro recibirá a Independiente Rivadavia de Mendoza en la Bombonera por la fecha 5. Este será el primero de varios partidos seguidos, que también incluye una visita a Banfield el viernes 14, antes de viajar a Paraguay o Perú para enfrentar al vencedor de la serie E2 en la Fase 2 de la Copa Libertadores.
El calendario sigue apretado con la recepción de Aldosivi el sábado 22, una visita clave a Rosario Central el viernes 28 y la definición de la Libertadores el 25 de febrero en la Bombonera. Tras ese partido, el equipo tendrá un breve parate, pero no podrá relajarse demasiado, ya que en marzo se vienen más desafíos.
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La competencia no solo es local, sino que también tendrá impacto en la Copa Libertadores, donde el club de la Ribera buscará su pase a la Fase 3, enfrentando a uno de los dos rivales que surgirá del enfrentamiento entre Nacional de Paraguay y Alianza Lima. Este partido será crucial para las aspiraciones internacionales del equipo.
Este apretado calendario no solo pone a prueba la capacidad física del equipo, sino también la planificación de «Pintita», quien deberá gestionar un plantel que enfrentará una carga de partidos tan exigente en un corto período de tiempo. Será fundamental mantener la concentración, evitar lesiones y aprovechar al máximo cada oportunidad para sumar puntos en ambas competencias.
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