Beirut, 17 ene (EFE).- El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este viernes el final de la «ocupación» israelí en la zona de operaciones de su misión de paz en el Líbano (FINUL) y denunció el hallazgo de un centenar de alijos de armas pertenecientes al grupo chií Hizbulá y otros actores desde la entrada en vigor del alto el fuego hace 50 días.
«La continua ocupación por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel dentro del área de operaciones de la FINUL y la realización de operaciones militares en el territorio libanés son violaciones de la resolución 1701 (…) Deben terminar», dijo a los cascos azules durante una visita a su cuartel general en Naqoura, en el sur del Líbano.
El acuerdo de cese de hostilidades alcanzado a finales de noviembre por el Líbano e Israel prevé la retirada israelí de los territorios libaneses ocupados durante su ofensiva y que no haya armas en manos de actores no estatales en las regiones fronterizas, como estipula también la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Ese texto puso fin a la anterior guerra de 2006 y también es la base del reciente alto el fuego, que expira a finales de este mes entre previsiones de que sea extendido durante otros 60 días.
Por ello, Guterres también denunció que desde la entrada en vigor del pacto el pasado 27 de noviembre la FINUL descubrió más de cien alijos de armas de Hizbulá y otras formaciones en la franja que comprende desde la divisoria de facto hasta el río Litani, otra violación de la resolución.
El político portugués prometió abordar este asunto con los líderes libaneses con los que tiene previsto reunirse esta tarde hora local y el sábado en Beirut, durante el último tramo de una visita oficial de tres días al Líbano.
Este viernes, aprovechó su visita al sur del Líbano para aplaudir la labor de los 10.000 cascos azules desplegados en la zona y para explicarles que la organización tuvo muy en cuenta su seguridad cuando decidió mantenerles sobre el terreno durante la dura ofensiva israelí del pasado otoño.
«He sido más claro que el agua: todas las partes tienen la obligación de garantizar la seguridad de nuestro personal, la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU debe ser respetada en todo momento, los ataques contra pacificadores de la ONU son completamente inaceptables», indicó el secretario general.
«Son una violación de la ley internacional, contra la ley humanitaria internacional y pueden constituir un crimen de guerra», agregó.
Tras el inicio de la invasión israelí a zonas del sur del Líbano el 1 de octubre pasado, en el marco de una intensa campaña aérea contra el país, la FINUL denunció una serie de ataques contra sus posiciones por parte de las fuerzas del Estado judío, incluidos contra su cuartel general en Naqoura.
Guterres consideró que el alto el fuego representa una oportunidad para apoyar a las partes en la consecución de la estabilidad y trasladó a la misión de paz su «completo respaldo» para que realicen los ajustes que consideren necesarios en esta nueva etapa, sin hacer referencia a medidas específicas. EFE
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