sábado, 11 enero, 2025

El PRO presiona con la postulación de Mauricio Macri, pero en el Gobierno creen que no es buen candidato

Guarda que se viene Mauricio candidato”. La advertencia de Jorge Macri, el jueves, sobre una posible candidatura en la Ciudad de su primo, el ex presidente y líder del PRO, se tradujo 48 horas después en una Ciudad empapelada con la leyenda “Mauricio 2025”, los colores amarillos y la tipografía con la que el partido llegó al poder en la Ciudad hace ya 17 años. La autoría fue de la rama juvenil del partido, pero la distribución -vía whatsapp y redes- salió del gabinete porteño.

El ex presidente no estaba al tanto de la arenga que haría el jefe de Gobierno ante 4 militantes en Villa Pueyrredón que se convirtió en título de todos los diarios y portales, aunque en el canal oficial del PRO en YouTube seguían el acto menos de 100 personas. Tampoco le avisaron sobre los afiches que sorprendieron a los porteños.

No hubo reproches ni aclaraciones públicas ni privadas. Mauricio Macri deja que el jefe de Gobierno haga correr las versiones de una posible candidatura, un operativo que fue exitoso, porque se instaló en la agenda política al mismo tiempo que el ex presidente aceptó explorar la creación de un frente electoral con La Libertad Avanza.

El jefe de Gobierno venía reclamando puertas adentro del partido amarillo que preside a nivel local una posición más dura e independiente ante las provocaciones permanente de la Casa Rosada y de la delegada de Karina Milei en la Ciudad, que vota en contra de las iniciativas más sensibles del oficialismo en la Legislatura.

Macri, como Javier Milei, hace un doble juego. Le tiende la mano al Presidente para confluir electoralmente y permite que el jefe del terruño del PRO promueva una candidatura para enfrentar al peronismo y a los candidatos de la Casa Rosada. En 2021 decía que prefería ir preso antes de volver al Congreso. “Ahora tampoco tiene ganas, pero dejó la puerta abierta”, señala un colaborador de estrecha confianza del ex mandatario.

Milei, en tanto, declara que quiere un acuerdo con el PRO y Macri, pero tolera que su hermana y Santiago Caputo -los dos vértices del triángulo de hierro presidencial- sigan esmerilando a su principal aliado en el Congreso ya sea con trascendidos o con acusaciones contra el Gobierno de Cambiemos, como el del supuesto listado de empresarios kirchneristas protegidos por la AFIP. De hecho, el mismo día que Macri escribió un tuit al Presidente para poner “un equipo de trabajo” para explorar una alianza, desde la mesa chica del Presidente le bajaron el precio y sostuvieron que «no hay apuro».

Los principales consejeros del jefe de Estado enfatizaron que la imagen negativa de Macri –por encima del 70% a nivel nacional– no lo convierten en un buen candidato. En la Ciudad, en cambio muestran encuestas que sugieren que el ex presidente conseguiría como mínimo un 35 por ciento de los votos. «Polarizaría con el peronismo y, en un escenario de por lo menos tres alternativas, con esos porcentajes ganás la elección”, consigna un dirigente que habla de manera permanente con el líder del PRO.

En el Gobierno siguen posicionando al vocero Manuel Adorni como probable candidato y si Macri se anima a jugar, vuelven a empujar las chances de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que ya advirtió que no quiere ser. “El mejor candidato es el que exprese las ideas del Gobierno y el Presidente”, asegura un funcionario con acceso permanente al despacho de Milei; una reversión del lema kirchnerista “el candidato es el proyecto”.

Importantes dirigentes del PRO quedaron en off-side con el tuit de Macri del jueves. Como informó Clarín, Jorge Macri, Soledad Martínez y María Eugenia Vidal resisten la idea de una integración con los libertarios y la hicieron pública en el zoom nocturno del miércoles que precedió al mensaje en X del ex presidente.

Otros dirigentes históricos del macrismo, sin embargo, cuestionaron que Macri presentara los nombres de los dirigentes para su mesa de trabajo. “¿A quién le habla? ¿Al círculo rojo? Se aleja de la gente y de nuestro electorado, como hizo Horacio (Rodríguez Larreta)”, cuestionan.

En las filas del PRO sostienen que los Milei y Santiago Caputo están empujando a dos ex presidentes (con mala imagen a nivel nacional) como Macri y Cristina Kirchner a ser candidatos; uno en la Ciudad y otra en la Provincia. “Va a ser él contra el pasado y si gana es game over, se convierte en el Néstor (Kirchner) de la derecha”, razonan.

Dirigentes que hablan seguido con Macri ensayan algunas respuestas sobre los pasos en falso del mandatario y su antecesor. “Mauricio y Javier lo que están haciendo es pasándose la bomba de un lado a otro a ver a quién le estalla y quién rompe”, sostiene un dirigente del PRO que habla seguido con Macri y tiene contactos aceitados con los libertarios.

En el PRO tienen claro que la Casa Rosada busca comerse al partido amarillo y quedarse con sus principales dirigentes. “La ruptura va a tener un costo alto de cara a la ciudadanía, sobre todo en la Provincia si gana el kirchnerismo. Mauricio no va a aceptar integrarse a una coalición que se llame LLA y que desaparezca el PRO”, razonan sobre uno de los puntos que -hasta ahora- para la Rosada son innegociables, un paso más en busca de la autonomía y su supervivencia política.

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