Una de las últimas notas del «viejo Intrusos» -el programa se renueva el lunes 6 de enero con la conducción de Rodrigo Lussich y Adrián Pallares- permitió develar uno de los secretos mejor guardados de la farándula en los últimos tiempos: qué pasó en la alcoba de Pedro Alfonso y Paula Chaves. Más precisamente, porque ella echó al productor de la habitación matrimonial en lo que supuso, para mucha gente, la mayor crisis de una pareja que parecía sólida y perfecta.
Entrevistados desde Carlos Paz por el equipo que hasta mañana comandará Marcela Tauro -Después de tantos años, ¿No merecía la oportunidad de quedar al frente como conductora fija?- Pedro y Paula querían hablar de los primeros días de la obra que presentan en la villa serrana pero terminaron contando muchas cosas de la intimidad de la pareja. Una de ellas fue por qué ella le exigió que abandone la pieza que compartían.
Pedro Alfonso, que parece trabajar solo en verano y solo en Carlos Paz -¿A qué se dedica el resto del tiempo, qué hace, cuál su profesión de abril a noviembre?- estaba sentada junto a ella y esbozó algún que otro rezongo, pero una vez más quedó en claro que las riendas de esa relación, o los pantalones largos, o la sartén por el mango, las lleva ellas.
Los dos coincidieron en que él tiene un problema que a ella le afecta mucho: ronca. Ronca fuerte y sostenido. Hace mucho ruido. «Yo antes no roncaba, pero ahora sí, y ella me dice que el ruido no la deja dormir» aceptó él. «El concilia el sueño muy rápido y muy profundamente, y a mi me cuesta más. Entonces empieza con el ruido y la verdad que no permite dormir, por eso había que tomar una decisión» aseguró ella. ¿Cuál fue la decisión? «Me echó de la habitación» respondió Pedro.
PAULA CHAVES CONFIRMO PORQUE ECHO A PEDRO ALFONSO
La situación trajo otro problema, también manifestado por Pedro. «Yo estoy durmiendo cómodamente y ella me golpea» acusó. «No, pararáaaaaa, dicho así parece que fueran puñaladas cuando en realidad son unas simples palmaditas que yo lo doy para que se mueva y dejé de hacer ese bochinche», se defendió ella. «¿Palmaditas? Yo le preguntaría a la gente qué piensa, si son suaves palmaditas o son patadones a las rodillas» volvió a la carga el productor devenido en actor y casi casi en empresario teatral.
«Yo necesito descansar, no es una pavada. Es muy molesto cuando se escucha todo ese ruido en el medio de la noche y del silencio» esgrimió Chaves, quien con una sonrisa terminó admitiendo otra «delicia conyugal» cuando contó su artimaña para no tener intimidad cuando Pedro «tenía ganas» y ella no. «El se iba al baño y se bañaba y salía todo perfumado y preparado, y yo me iba a buscar a los chicos, los traía a la cama y cuando él venía le decía que se habían pasado y que estaban llorando».