El canciller alemán, Olaf Scholz, ha dicho este domingo que no ha forzado deliberadamente la ruptura de su coalición de gobierno, después de que el ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, le hubiera acusado de provocar una ruptura «calculada» cuando le cesó del cargo por diferencias entre los socios de la desgastada alianza en materia económica.
«No la provoqué», ha zanjado en una entrevista en la que ha afirmado que ha luchado «hasta el final» para mantener unida la coalición tripartita formada por los socialdemócratas (SPD), los verdes y los demócratas libres (FDP), extremo que finalmente le fue «imposible».
Scholz ha asegurado que ha tenido que «soportar el hecho de que siempre ponía buena cara en aras del compromiso y la cooperación, a veces incluso jugando un juego bastante desagradable». «Pero cuando se acaba, se acaba», ha indicado, defendiendo sus acciones. Sin embargo, también ha asegurado que su papel ha sido importante a la hora de mantener el Gobierno en pie.
«Sin mis repetidos esfuerzos por lograr la cooperación y el compromiso, el Gobierno no habría durado tanto. Ni siquiera se habría formado», ha declarado.
PRONOSTICA UNA VICTORIA DEL SPD
Por otro lado, ha pronosticado una nueva victoria del SPD en los comicios, alegando que su formación es más «sensata» que la de su rival conservador, Friedrich Merz, candidato de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
«Me siento un poco más tranquilo en lo que se refiere a los asuntos de Estado, por decirlo de la forma más educada que puedo», ha expresado, considerando que las mayores diferencias entre ambos tienen que ver con el carácter y el temperamento.
Hasta ahora, las encuestas no están de acuerdo: el SPD está entre 15 y 18 puntos porcentuales por detrás de la CDU y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU). Pero Scholz no parecía preocupado. «Es un margen muy recuperable», ha concluido.