París, 18 nov (EFE).- Los sindicatos agrícolas franceses organizan este lunes decenas de acciones de protesta por todo el país para retomar las reivindicaciones que motivaron su movilización hace un año y, sobre todo, para oponerse a la finalización del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Mercosur.
Una de esas acciones había comenzado el domingo cerca de París, en la carretera nacional N118 en Vélizy-Villacoublai, donde decenas de agricultores han pasado la noche con una quincena de tractores para continuar con retenciones de la circulación.
Otras ‘operaciones caracol’ también para ralentizar la circulación o delante de las prefecturas (delegaciones del Gobierno) estaban programadas desde primera hora de la mañana en regiones como Auvernia Ródano Alpes, Borgoña Franco Condado, Gran Este, Nueva Aquitania u Occitania, Provenza Alpes Costa Azul, o País del Loira.
Las protestas deben continuar en los próximos días y así el martes, por ejemplo, está previsto un bloqueo de la autopista A9 en el paso fronterizo con España en Le Boulou, que es el principal punto de entrada de camiones españoles en dirección de Francia y del resto de Europa.
La Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA), principal organización profesional, reaccionó al mensaje del presidente francés, Emmanuel Macron, que este domingo desde Buenos Aires trató de tranquilizar sobre una posible firma del acuerdo UE-Mercosur.
Macron aseguró a la prensa, después de haberse reunido con el presidente argentino que le había dicho a Javier Milei «de forma muy sincera y muy clara que Francia no firmará a día de hoy el acuerdo con Mercosur tal y como está».
En su cuenta de X, la FNSEA replicó que «la realidad es que (Macron) no consigue concencer. Para tranquilizar al sector agrícola el presidente tiene que anunciar claramente que va a utilizar el veto de Francia en el acuerdo de Mercosur si se firmara».
La política comercial europea la gestiona la Comisión Europea, que en las últimas semanas ha mostrado voluntad de sacar adelante ese controvertido acuerdo, que se alcanzó en 2019 después de dos décadas de negociación.
Para tratar de obstaculizar esos movimientos, los dirigentes franceses han reiterado sus declaraciones de oposición y han anunciado que están tratando de establecer una coalición con otros países para aplicar un veto que Francia por sí sola no podría imponer, al menos no formalmete. EFE