Entre mitos, leyendas, fábulas y secretos que se cuentan de la farándula vernácula aparece uno que podría identificarse rápidamente como “El escandaloso caso Pradón”, del que muchos opinaron, desconfiaron y lanzaron sus propias versiones. La historia “oficial” difundida y publicada contó que aquella madrugada trágica del 15 de marzo de 2004, Alejandra Pradón, vedette, actriz y figura convocante del espectáculo, cayó del séptimo piso del edificio en el que vivía, ubicado en Mendoza 1925, tras una discusión con quien era su novio de entonces, Fabrizio Lallana. Sin embargo, existió y corrió otra que decía que habría estado con jugadores de River en el primer piso del edificio donde era uso y costumbre que se celebraran fiestas hasta altas horas de la madrugada.
La reconocida bailarina, pasados los años, amplió en 2019 con detalles y se enojó con quienes contaban otras historias en el programa PH, Podemos Hablar, que conducía Andy Kusnetzoff.
“Me empujó. Yo le decía que se buscara un laburo (A Lallana). Y la madre me insistía: ‘Tirale las cosas por el balcón y ponele llave a la puerta’. Así estuve un tiempo. Toda la culpa, para mí, la tienen los padres. No es un malcriado: es un ser que no tuvo educación porque los padres no le dieron educación. Le tiré las cosas un mes, dos meses, cuatro meses… Y en un momento la que se cayó fui yo”, relató Pradón ante la sorpresa de Andy y el resto de los invitados: Luis Novaresio, Adriana Salgueiro, Alejandra Maglietti, Nacho Sureda y Gerardo Romano. Fue el actor quien no anduvo con vueltas a la hora de saber la verdad: “¿Te caíste o te tiraron?”.
“No sé, estaba con mi novio, caí de cola, mi cola me salvó”, respondió ella. “¡Qué culo tuviste! Es difícil de creer”, se sinceró el actor en su análisis con el que muchos coincidieron y dejaron entrever sospechas de que nunca se supo toda la verdad porque algo se estaba ocultando.
“A mí me gusta hablarlo en serio”, expresó compungida Pradón y siguió con más detalles de la historia: “Él no llamó al SAME, fue una vecina. Después me arrastró para esconderme, yo diría que la justicia investigue. Esa persona es lo peor que me ha pasado en la vida. Si no me morí cuando me caí me moría por haberme desangrado o cuando me escondió. Lo primero que él hizo después de la caída fue poner su bolso en la puerta para trabarla. Me levantó y me quebró los vasos sanguíneos. Estuve en terapia intensiva con cero glóbulos rojos, toda desangrada. Siempre digo: ‘Fui Jesucristo’. Habría que reabrir la causa. Hubo gente muy mala. Lucrar en base a Alejandra Pradón es feo, horrible, porque la única historia fue esta que estoy contando. Me rompe mucho las pelotas cuando inventan”, le contestó al conductor cuando volvió sobre el rumor que indicaba un agitado encuentro con los futbolistas.
Un novio preso y un “muñeco volador” que puso todo en duda: “Tentativa de homicidio”
La cuestión derivó en que su novio terminó preso porque era la única persona que se hallaba en el departamento y porque Alejandra sostuvo que protagonizó una discusión con él, que luego existieron empujones y forcejeos dando a entender que tales acciones podrían haber provocado su caída al vacío. Entonces, el juez Carlos Bourel ordenó la detención de Lallana bajo la carátula de “Tentativa de homicidio” y el joven terminó procesado y fue a parar a la cárcel de Marcos Paz por más de un mes. Luego la Cámara del Crimen evaluó que no se habían reunido las pruebas necesarias contra él, revocó el procesamiento y dictó la orden para que saliera en libertad. Mientras tanto él sostenía su inocencia y aseguraba que no había tenido nada que ver con el hecho.
Las especulaciones continuaron y se potenciaron más aún cuando la justicia ordenó la famosa reconstrucción con un muñeco que arrojaron desde el séptimo piso con televisación en directo por todos los canales. El sainete se repitió en las pantallas minuto a minuto hasta que en el expediente se estableció que Lallana no había formado parte de la maniobra que su exnovia le adjudicaba. Y hasta la jueza Wilma López –en quien terminó derivando la investigación- dejó sentado que el hecho podría haberse producido por un resbalón y pérdida de equilibrio de Alejandra al subirse una maceta del balcón sumado a un desvanecimiento.
Más allá de saber por qué y desde dónde cayó, la cuestión fue que Pradón fue trasladada a la Clínica Suizo Argentina y permaneció en terapia intensiva. Si bien se dijo que su caída fue amortiguada por las ramas de los árboles, sufrió múltiples fracturas: “De la cervical, la espalda y la pelvis. No podía mover la cabeza y tenía un cuello ortopédico”, especificó ella.
El gran tema de entonces era saber quién decía la verdad y quién mentía. Porque las especulaciones se sucedieron una tras otra, debido a que cada vez sonaba más fuerte el chimento que sostenía otra fábula urbana que afirmaba que en el primer piso del mismo edificio vivía un jugador de River, que esa noche había invitado a su departamento a otros tres compañeros de su club y a la mismísima Pradón.
Según esta adaptación del cuento, al parecer Lallana había descubierto el encuentro y se les apareció sorpresivamente más que enojado. ¿Cómo seguía esa leyenda? Algunos jugadores alcanzaron a huir y Alejandra Pradón intentó hacer lo mismo pero cayó desde ese primer piso cuando quiso salir por el balcón vecino.
¿Qué dijo ella? Se cansó de negarlo, incluso en la mesa de Kusnetzoff, donde dejó claro que el entonces presidente del club, José María Aguilar, también resultó involucrado en lo que se daba como noticia. “La señora del administrador de mi casa, dos o tres años después de eso, me dijo que ‘hay un tal Aguilar’ y me contó esta historia, que a los mejores jugadores de River los vendió y les dijo ‘se está corriendo la bola de que estuvieron con la Pradón, les conviene que los venda’. Y ahí hizo la operación por muchísima plata, y se quedó con mucho. Le sirvió para venderlos por poquito y agarrar mucho. Esa es la versión de gente que me ha llegado a mí. La verdad que todo muy feo”, agregó ella en Podemos Hablar.
Alejandra Pradón, pese a que evitó hablar del tema todo lo que pudo, siempre recordó cuánto le costó recuperarse y volver de esa situación. Casi que como cuando era una niña, vivió lo mismo en eso de aprender a caminar. Si bien disponía de una especie de gimnasio en su habitación, puso todo de sí para salir adelante, y siempre fue consciente de que salvó su vida de milagro, rezándole a la Virgen María Rosa Mística.
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