lunes, 23 diciembre, 2024

Antonella Meloni: Me considero una buscadora

Nadie podría dudar de que esta mujer nació en algún lugar de Italia. El acento, cierta forma de decir, la simpatía y la risa generosa son claros indicios de su ser italiana. Llegó a Buenos Aires en 1998, siguiendo a un amor, como tantas veces sucede, que luego se convertiría en su marido y el padre de su hijo. La crisis de 2001 la llevó de nuevo a Europa, pero no por mucho tiempo. En 2005 regresó para quedarse en nuestra ciudad hasta el día de hoy.

Antonella Meloni nació en la bella Cerdeña. Estudió Arquitectura en Génova y trabajó un año como arquitecta. Pero el sueño de crear obras importantes no concordaba con la realidad de ese momento, sólo tenía posibilidad de hacer trabajos de reciclado. Entonces, sintió que necesitaba dar un giro a su vida profesional y buscar algo más creativo. Se inclinó por la moda, hizo cursos de moldería y costura en Génova y después estudió Diseño en la prestigiosa Saint Martins School of Fashion and Design, en Londres. Ahí se le abrió todo un mundo. Hizo su primera experiencia con un diseñador en Notting Hill y después estuvo en una marca de ropa naútica en Génova. Ya en Buenos Aires trabajó para Chocolate y Giesso y, finalmente, tuvo su propia marca con una amiga. 

Pero la historia no quedó allí. Su espíritu inquieto no le dio sosiego y una vez más la llevó a indagar otras posibilidades expresivas. Así se convirtió en una artista de la cerámica y la porcelana. Hoy hace piezas únicas y piezas seriadas con un valor utilitario. Su arte no pretende ser sólo una demostración estética o creativa. Sus diseños tienen usos concretos en la vida cotidiana.

En su luminoso y tranquilo estudio – parte de un piso en Belgrano R donde vive con su marido Lucas Ober y su hijo Simón- pueden descubrirse platos, tazas, vasos, saleros, pimenteros, floreros, recipientes para diferentes comidas, portavelas. Formas diferentes, simples y bellas.

“Soy muy curiosa, me considero una buscadora. Me gusta abrir cosas nuevas, abrir puertas, lugares nuevos. Me encanta este segundo cuando abrís algo y decís: “Ah, mirá esto”. Cuando descubrís otro mundo. Es lo que trato de hacer con mi trabajo, trato de que la gente se sorprenda. Soy una persona muy clásica, tranquila, pero me gusta combinar esta especie de estructura, de clasicismo con algo disruptivo”, cuenta durante su charla con NOTICIAS mientras toma el café que preparó en su cafetera de estilo italiano y prueba esa torta de ricotta que le gusta tanto. 

Noticias: ¿Cómo llegó al arte? 

Antonella Meloni: Yo quería hacer algo más creativo y que me permitiera estar más tiempo con mi hijo que era chico. Empecé a buscar y de casualidad llegué a un taller de cerámica. Pero no quería que fuera un hobbie, necesitaba tener un proyecto y al poco tiempo se me ocurrió la idea de la mesa paisaje. Quería reunir a mis amigos alrededor de una mesa que fuera bella, que fuera un paisaje hermoso. Empecé en 2008 con esta idea y todavía la tengo como el núcleo de mi obra. De hecho, con una mesa paisaje llamada Río de los Sauces, que es un río de Córdoba, gané una mención especial del Salón Nacional de Artes Visuales. 

Noticias: ¿La mesa paisaje es su obra emblemática?

Meloni: No sé si es emblemática, pero es el concepto que quiero explorar, indagar más. Yo hice una mesa paisaje perfomática que se llamó Foraged. La hice con una amiga food styler y un chef de Madrid en una galería de acá. Hicimos esto para diez personas, las sentamos ahí y fue lo más cercano a lo que quiero lograr. Se recreaba una especie de bosque y la comida estaba escondida entre los objetos. Había que buscar la comida, no había tenedor ni nada, no se entendía qué se podía comer y qué no. Poner a la gente en esta situación fue también como demostrar que no no todo está dado, te sentás, comés y ya está. Quiero seguir experimentando este camino, me encanta. Que el paisaje se transforme en un ecosistema, con la comida del ecosistema, y ver qué pasa cuando la gente empieza a activarlo. Cómo relacionar la forma, la biología, la comida, el ecosistema y hacer una experiencia, que no resulta cómoda, pero tiene algo de sorpresa y de misterio. 

Noticias: ¿Cómo es su trabajo actualmente?

Meloni: Estuve varios años sin trabajar en cerámica, pero en 2018 retomé y estoy a full de vuelta. No me interesa que mis obras sean sólo para verlas, necesito que se usen, que tengan un interés utilitario. Estoy al borde entre el arte y el diseño. Empecé haciendo vajilla para chefs y restaurantes. El primero fue Aramburu, después vinieron Chila, Aló, Pizarra Bistró, Crizia, varios. Es tan especial lo que hago que mi nicho son los restaurantes que hacen menú de pasos. Pero también vendo a clientes particulares, tanto de aquí como de Europa. 

Noticias: ¿Trabaja sólo en cerámica?

Meloni: Estoy incursionando en el vidrio, pero principalmente cerámica y algo de porcelana también. 

Noticias: ¿Por qué sus obras son especiales? ¿Cuál es el valor agregado?

Meloni: Primero la técnica, yo no uso esmaltes, como se usa mucho en cerámica, hago pastas coloreadas a alta temperatura, y, además, uso moldes de yeso en vez de torno o modelado. Y después está mi creatividad en las formas. 

Noticias: ¿Qué la inspira?

Meloni: La naturaleza. Me gusta respetar la textura lo máximo posible, no quiero manipularla mucho. Después manipulo la forma. Estas texturas que ves aquí son de árboles verdaderos. Yo agarro la naturaleza tal cual es, una rodaja de tronco, una planta, un fruto, y eso lo copio en un molde de yeso o en silicona y después de ahí lo paso a la cerámica. 

Noticias: Muchos sienten que el arte tiene el poder de salvar.

Meloni: Sí, sí, yo en mi mundo estoy feliz. Pero creo que puede salvarte cualquier trabajo que te refleje, que sea auténtico con lo que vos sos. Puede ser el arte o cualquier otra cosa.

Noticias: Hay otros intereses que la motivan. ¿Por qué indagó en el pensamiento junguiano, la astrología, la alquimia y la biodecodificación?

Meloni: También hice el curso de milagros. Siempre me apasionó lo espiritual y lo esotérico.  Desde chiquita me interesó este misterio, debe haber algo más allá de lo que se ve y de lo que vivimos. Qué pasa después de la muerte también, y si no pasa nada, qué sentido tiene todo. No puedo ignorar esta pregunta. Tuve muchas muertes, la última la de mi hermana en la pandemia, que me empujaron también a hacerme estas preguntas. Y como soy curiosa, investigo. Empecé con la astrología y sigo interesándome de manera autodidacta. Después, llegué a la biodecodificación porque me pareció interesante cómo funciona la mente con el cuerpo. También el curso de milagros, mi gran pasión, un curso metafísico. A mí me hace mucho sentido todo esto, por eso sigo investigando constantemente. Tengo estas dos vertientes en mi vida: la creatividad y el arte y lo espiritual. Pero si tuviera que elegir entre las dos, me quedo con lo espiritual, es más importante, fundamental para mí. Porque es cómo yo veo el mundo.  

Noticias: A su marido, que es argentino, lo conoció en Londres.

Meloni: Sí, Lucas también es bastante inquieto. Cuando nos conocimos estaba haciendo un master de Sociología en la London School, y había estudiado Economía en la Universidad de San Andrés, en Buenos Aires. Ahora se dedica a hacer investigación de mercado para marcas y, por otro lado, es fotógrafo de músicos y de naturaleza. Además, tenemos nuestro hijo, que tiene casi veinte años.

Noticias: ¿Se adaptó fácil a la vida en Buenos Aires?

Meloni: Super, en algunas cosas somos muy parecidos, para los italianos los argentinos son como hermanos. No hice ningún esfuerzo para adaptarme. Me encantó Argentina, me pareció un lugar genial. Encontré esta posibilidad de crear, me parece que todo es posible acá. Tengo esa sensación de la hoja en blanco y eso va con mi necesidad de hacer cosas creativas. Italia es un país que tiene más años, más estructurado, y con cosas más pautadas.

Noticias: ¿Cómo ve a Argentina ahora?

Meloni: Una cosa que valoro un montón de estos momentos es que se pueda poner en evidencia todo lo mal que estábamos, toda la corrupción. Está tan expuesto todo, tan a la luz. No sé qué vamos a hacer como sociedad con todo esto, pero es una gran oportunidad si la sabemos tomar. Hay que ver qué madurez tenemos. Si podemos aprovechar esta situación y no nos polarizamos de vuelta, quizás sea una buena posibilidad para hacer otra cosa, algo mejor y para reconstruirnos como país.

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Empezó haciendo vajilla para restaurantes como Aramburu, después vinieron Chila, Aló, entre otros. | Foto:José Tolomei

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