Una nena de dos años que cayó a un arroyo de la localidad de Andresito, en Misiones, fue salvada por un policía que le realizó maniobras de RCP y maniobras de Heimlich mientras la trasladaban de urgencia a un hospital a bordo de en un patrullero. La asistencia fue vital, ya que unas horas después fue dada de alta por los médicos.
Los conocimientos en primeros auxilios que recibió el oficial ayudante Emanuel Spiecker (32) durante su paso por la academia policial fueron claves para salvar a la pequeña, que fue hallada flotando, boca abajo, en aguas del arroyo El Doce, en el barrio Quintas Bajas.
La pequeña, junto a su familia, vive junto al cauce del arroyo y esa tarde estaban reunidos en el patio de la vivienda. Sin que lo advirtieran, la nena se alejó rumbo al curso de agua y todo indica que pudo haberse caído accidentalmente.
Con la colaboración de vecinos, empezó una desesperada búsqueda. Para ese entonces, la comisaría ya había sido alertada sobre el hecho.
El oficial Spiecker estaba de de guardia y sabía que cada segundo contaba. “En ese arroyo ya se murieron ahogados dos bebés en los últimos años. En uno de los casos me tocó intervenir y el cuerpo lo encontramos una hora después junto a los Bomberos Voluntarios”, contó a Clarín.
La nena de dos años, en los brazos del policía que le salvó la vida, en Misiones.“La persona que nos llamó estaba muy alterada, así que no teníamos certeza de qué había pasado. Junto a los agentes llegamos en pocos minutos, justo en el momento que un vecino saca a la nena del agua y me la entrega en brazos. Ahí noté que estaba cianótica, tenía los párpados y labios morados, no respiraba y tampoco percibí latidos del corazón”, relató.
La nena fue hallada casi cien metros aguas abajo de su casa.
El oficial, que es oriundo de Andresito y presta servicios allí desde hace siete años, dijo que a partir de ese momento comenzó una lucha para salvar a la pequeña. “Apenas noto esta situación, empiezo a hacerle RCP y maniobras de Heimlich mientras nos subimos al patrullero para llevarla al hospital”, indicó.
“En el camino veo que la nena devuelve un poco de agua y espuma por la boca, siento que empieza a respirar pero no llora y su ritmo cardíaco era muy bajo”, explicó.
Para Spiecker, los dos kilómetros que separan al hospital del barrio Quintas Bajas fueron «miles».
“El camino no está en muy buenas condiciones, pero fuimos lo más rápido posible, entramos al hospital con la sirena y bajé corriendo directamente al shockroom. Ahí nos recibió el médico de guardia y me preguntó qué había pasado en el camino. Le di la información que tenía y le colocó oxígeno. Al ratito la nena empezó a llorar”, dijo Spieker, ya aliviado tras el dramático momento que fue inmortalizado en un video por uno de los agentes que lo acompañó en el patrullero.
A las pocas horas la nena pudo retornar con su familia. “En el hospital le hicieron placas radiográficas y no tenía agua en los pulmones, por eso le dieron el alta rápidamente”, confió el oficial.
“Nosotros salimos de la Escuela de Policía con los conocimientos necesarios para asistir a una persona en estas circunstancias. El año pasado, cuando pasó algo parecido en ese arroyo, no pudimos hacer nada porque el cuerpo lo encontramos una hora después”, expresó Spiecker.
Lo de este miércoles para el oficial fue una pequeña revancha que no hubiera sido posible sin la colaboración de los agentes Víctor Alcántara y Jonathan Bogado.
EMJ