“Espero que exista algún tipo de reparación, no es una búsqueda ni de revancha ni de venganza, es la búsqueda de justicia en el más estricto significado del término, justicia”. Lo dice Federico Storani, dirigente radical y papá de Manuel (14), fallecido junto a su mamá mientras estaban en una lancha y fueron embestidos en el río Luján, en Tigre, por otra embarcación.
En el siniestro, que tuvo lugar en marzo de 2016, murió una tercera persona que iba en la lancha del acusado. Este lunes, más de siete años después, comienza el juicio.
Pablo Gabriel Torres Lacal (55), conductor de la lancha que los chocó, está imputado por “triple homicidio simple con dolo eventual”. La causa fue elevada a juicio en junio de 2019 por la Justicia de Primera Instancia de Tigre.
Ahora será juzgado por el Tribunal Oral N° 1 de San Isidro, integrado por Sebastián Hipólito Urquijo, Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino.
“Tenemos un sabor agridulce, por un lado, una espera de siete años y medio que es absolutamente injustificable, salvo por las chicanas y la dilación hecha por la defensa y, a la vez, la expectativa de que finalmente se llegue al juicio oral y público y se pueda debatir: pensamos que hay pruebas suficientes para que se mantenga la calificación hecha por el juez de Garantía y corroborada por la Cámara”, sostiene Storani.
Storani asegura que la demora que tuvo el juicio es «absolutamente injustificable». Foto Martín BonettoY asegura que “sería un acto de reparación y también sería ejemplar para terminar con la epidemia de los siniestros que existen por conductas desaprensivas, con desprecio a la vida como en este caso muy particularmente”.
“En mi caso personal, a pesar de ser una figura pública y un hombre de derecho porque soy profesor de la facultad, me pasa esto de tener que esperar siete años y medio porque fui por el camino que corresponde de la ley y respetando el estado de derecho, pienso que existe una enorme falla en el sistema judicial en general”, se lamenta.
Pablo Torres Lacal, el conductor de la lancha que será juzgado desde el lunes por homicidio simple con dolo eventual. Foto DYN / PNA Archivo Afirma que la pena tiene que ser integral: “Preventiva, comunicacional a la sociedad y ejemplificadora, es decir, intentar generar un efecto disuasivo para que este tipo de conductas no se repitan”.
En tanto, el ex ministro del Interior y ex diputado nacional destaca que Torres Lacal gozó de plena libertad todos estos años y viajó al exterior muchas veces.
Federico Storani y su hijo Manuel, en una foto familiar. Foto Archivo “Es más, algunas veces debieron suspenderse audiencias porque este señor estaba en el exterior. Unos meses después (del choque), en octubre de 2016, estuvo un mes en la India, llamo la atención sobre esto porque es el mismo mes que Manuel cumple años y mientras nosotros nos apiñábamos desgarrados en el cementerio él estaba en la India, las cosas no han sido para nada parejas”, comparte.
Los agravantes
“La instrucción de la causa fue muy larga, la prueba que se recogió es determinante para establecer la existencia de dolo eventual en la conducta de Torres Lacal”, señala a este diario Carlos Acosta, abogado de la familia Storani.
Storani asegura que «existe una enorme falla en el sistema judicial en general». Foto Martín BonettoSegún precisa, “se encontró la palanca de aceleración al máximo. Es decir que iba en su lancha a 60 millas por hora o más de 100 kilómetros por hora”.
“Tomó el canal a unos 600 metros de donde se encontraba la lancha en la que iba Manuel y empezó a hacer un zig zag de costa a costa como si estuviera jugando y en ese ida y vuelta partió al medio la embarcación de Manuel», detalla. Luego, explica que «una vez que chocó, la pasó por arriba y cuando volvió a caer al agua terminó 30 metros en la costa de la mano de enfrente como consecuencia de la excesiva velocidad a la que circulaba”.
La pena por homicidio simple va de los ocho a los 25 años de cárcel: “Creemos que deberían ser más de ocho por la temeridad con la que actuó y por la magnitud del daño”.
Por último, remarca que no se pudo determinar si estaba alcoholizado ni drogado pero que cuentan con testimonios relevantes en este sentido. «Una persona de la guardería de la lancha lo notó ‘muy alterado’. Además, el empleado que lo atendió cuando cargó combustible dijo que entró ‘como loco’ y que incluso él le advirtió: ‘ojo que van a tener un accidente’», agrega Acosta.
Las víctimas
Manuel tenía 14 años y murió en el acto. Su cuerpo fue encontrado en el río Luján después de tres días de búsqueda. La autopsia determinó que perdió la vida por golpes sufridos en el cráneo y el cuello. También falleció su mamá, María de los Ángeles Bruzzone, y Francisco Javier Gotti, amigo de Torres Lacal. La familia del tercer fallecido decidió no denunciar al acusado.
Manuel tenía 14 años cuando murió. Volvía con su mamá de festejar un cumpleaños. Foto Archivo Manuel y su mamá viajaban junto a otras cuatro personas en la embarcación Mad II. Venían de festejar un cumpleaños en un restaurante en las islas del Tigre. En la noche del 31 de marzo de 2016 navegaban por el Canal Vinculación cuando apareció la lancha Shark II, manejada por Torres Lacal, quien iba acompañado por Gotti y otro amigo, y los embistió.
AS